Ha llegado la hora. Los San Francisco 49ers no pueden esperar más. La extensión del contrato de Brock Purdy está oficialmente en el punto de mira tras la conclusión del NFL Draft del sábado.
Nada iba a suceder en el Draft para cambiar el futuro de Purdy. San Francisco tiene que pagarle si quiere mantener a su quarterback franquicia a largo plazo ¿El precio? Probablemente rondará los 52 millones de dólares anuales. En este momento, el 10º QB mejor pagado de la NFL es Jalen Hurts, con algo menos que esa cantidad.
Cuando Purdy se presentó a las actividades de temporada baja esta semana, los informes indicaban que las negociaciones iban bien en torno a los 50 millones de dólares. Dada la fascinación de la humanidad por los números redondos, no te sorprendas si el campamento de Purdy quiere que sea un QB pagado entre los 10 primeros, en lugar de un QB pagado entre los 12 primeros.
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El líder de los 49ers, Jed York, ya dijo a principios de esta temporada baja que saben que tendrán que pagar a Purdy. Todo el tiempo ha sido más una cuestión de cuándo, no si sucedería. El momento ha llegado oficialmente.
Es aún más importante que los 49ers cierren el trato con Purdy para que luego puedan calcular cuánto dinero tienen para el linebacker Fred Warner y el tight end George Kittle, quienes también deben recibir extensiones.
Purdy debería ser el primero. Juega en la posición más importante del deporte y recibirá un contrato de nueve cifras por cinco o seis años.
Los 49ers no pueden permitirse esperar más. El NFL Draft está en el pasado, y Purdy es su presente y su futuro.